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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Blog Moreira : Zetas están desarticulados, quizá replegados

por Rubén Moreira


Acostumbrado a ser protagonista de las campañas electorales, Álvaro Colom se tendrá que conformar esta vez con ser mero testigo de su relevo en la Presidencia de Guatemala.
No solo porque la Constitución le impida presentarse a la reelección. También porque el mandatario, que llegó al poder tras perder la carrera presidencial en dos ocasiones, se ha quedado sin la que sería su opción natural a la hora de depositar el voto el próximo domingo.
La negativa de la Corte de Constitucionalidad a la candidatura de su ex esposa, Sandra Torres (quien se divorció para poder aspirar), dejó sin candidato al partido oficialista.
Así que Colom confía en que al menos su sucesor continúe algunos programas de su gobierno, en especial los relativos al combate a la pobreza y al crimen organizado.
El crecimiento del narcotráfico y la presencia de carteles mexicanos en territorio guatemalteco han centrado gran parte de su gestión.
En entrevista con BBC Mundo, Colom sostiene que durante su mandato se ha reducido el número de homicidios y se han incautado cantidades récord al narcotráfico.
Dice que ya puede poner la mano en el fuego por sus altos mandos policiales y militares, después de que en su primer año de mandato tuviera que fulminar dos cúpulas por vínculos con el narcotráfico.
En el Petén, un departamento selvático en el norte del país, se redujeron en un 67% los asesinatos desde que se declaró el estado de sitio.

LOS ZETAS, "DESARTICULADOS"

"En el Petén se redujeron en un 67% los asesinatos desde que se declaró el estado de sitio. Los Zetas están todos desarticulados y neutralizados, replegados en México o en la selva"
Allí se produjo el episodio más sangriento de su mandato, cuando 27 campesinos guatemaltecos fueron decapitados en un ataque atribuido a los Zetas, uno de los grupos criminales mexicanos más violentos.
Ahora los Zetas "están todos desarticulados y neutralizados, replegados en México o en la selva", dice el presidente.
Pero ese discurso no parece convencer a los guatemaltecos, que siguen considerando la inseguridad como el principal problema del país.
Según una encuesta publicada en mayo por el diario Prensa Libre, el 23% de los consultados afirmó haber sido víctima de un hecho delictivo en el último año. Y el 66% consideró la inseguridad como su principal preocupación.
En ese contexto, los favoritos para sucederle en la Casa Presidencial denuncian además que Colom, de 60 años, ha sido demasiado tibio con los criminales.
Por eso, los afiches electorales de esta contienda hablan sobre mano dura o aplicación de la pena de muerte.

Los guatemaltecos todavía se sienten que viven en un país violento, inseguro. ¿Se siente responsable? ¿Cree que ha sido un fallo de su mandato no garantizar la seguridad en Guatemala?
Realmente no. Yo encontré un sistema de seguridad y justicia bastante complicado. Desde el fiscal general, las fuerzas de policía nacional. El primer y segundo año fue prácticamente una depuración masiva, primero de agentes, segundo de comisarios. En noviembre de 2009, la curva de criminalidad se detiene. Venía creciendo desde el año 2000. Cada año crecía y crecía. Y este año va bajando.
Y lo otro es que todo el pueblo de Guatemala conocía los nombres de las "familias" narco, pero nadie hacía nada. Hoy hay 7 de los 10 más buscados en la cárcel. Y le hemos dado duro a las estructuras. Los Zetas los hemos, yo no diría eliminado porque no se han eliminado, pero están todos desarticulados y están como neutralizados. Lo que no sabemos, o sospechamos es que muy probablemente se replegaron"
¿Hacia dónde?
"México, creemos que se replegaron hacia México o hacia las selvas y se van a quedar ahí hasta enero, esperando que haya cambio de gobierno".
Pero, ¿cómo se explica entonces que los Zetas estén desarticulados y al mismo tiempo sigamos viendo noticias constantes de capturas, enfrentamientos? Aparentemente siguen estando ahí…
No, lo que pasa es que los Zetas no son los únicos porque aquí está el fenómeno del narcomenudeo, que es bien violento. Tenemos el fenómeno del narcomenudeo y de las extorsiones, que eso lo manejan los carteles locales. Eso todavía falta. Se han capturado, pero no como los Zetas.
Habla de avances, pero una de las críticas que a menudo se le hacen a Guatemala es la altísima disponibilidad de armas en el mercado negro o la impunidad… ¿No es todavía el país muy responsable de lo que pasa a nivel regional?

RESPONSABILIDAD REGIONAL

"Si los mercados de consumo de drogas no cumplen con su responsabilidad de controlar armas, nosotros no vamos a seguir poniendo los muertos. No es justo."
Bueno, creo que del armamento hay otros responsables: los que no controlan el armamento que producen. Para arriba va la coca y las armas van para abajo. 
El país tiene que hacer lo que le corresponde. Y honestamente, si comparamos los resultados de este gobierno con los anteriores, no hay comparación en cuanto a incautaciones o detenciones.
Aquí hay otra realidad. Si los mercados de consumo de drogas no cumplen con su responsabilidad de controlar armas, flujos financieros y productos químicos que sirven para producir droga, y reducir el consumo, nosotros no vamos a seguir poniendo los muertos. No es justo.
No es justo que una fábrica de armamento no sea sancionada cuando se encuentra un fusil en manos de un delincuente.
La fábrica de químicos, la fábrica de armamento, son responsables de los productos que producen. Guatemala no puede controlar esa cantidad de armas que entran por el Río Bravo.
Ahora que se acerca al final de su mandato, ¿se siente más dispuesto a abrir el debate sobre la legalización de las drogas?
No soy de esa opinión. Legalizar las drogas sería exponer a nuestra juventud a mayores peligros. En Guatemala el 42% de la criminalidad está relacionada con el narcotráfico y de eso, el 27% es por narcomenudeo: los que se matan por una esquina de venta, un parque, una discoteca…
Pero es importante la corresponsabilidad de los mercados narco, los narcoconsumidores. A nosotros nos han acusado de "país narco", pero ¿y los consumidores no son narcos pues?
Son igual de narcos, y tan responsable son de las muertes en Guatemala los Zetas como los dueños de químicos que no controlan. Igualitos.
¿Por qué no se ha conseguido frenar el hambre en Guatemala? ¿Por qué todavía hay un 40% de menores de 5 años que sufren malnutrición?
Guatemala tiene un problema estructural de distribución de riqueza histórico. Somos el primer gobierno que no es de corte neoliberal en 50 años e implementamos todo un sistema de programas sociales.
Los municipios más pobres del país ya tienen servicios de salud 24 horas, completo y gratuito y en educación hay un millón de niños más en las escuelas.
Salud y Educación son la base para que la pobreza pueda salir, el hambre no se soluciona repartiendo alimentos. Se sentaron las bases (para erradicar el hambre) y si los candidatos mantienen los programas se empezarán a ver algunos indicadores de reducción de pobreza. Pero es un proceso que se llevará casi una generación.
¿Ya sabe ya qué va a hacer cuando deje la Presidencia?
Tengo algunas ideas. Lo que tengo claro es que tendré un periodo de descanso, no muy largo, posiblemente en España. Me voy a mantener en política, en la parte social y en el tema de la seguridad regional y lucha contra el crimen organizado.
¿Teme por su seguridad una vez que deje de ser presidente?
No es un temor, pero sí el riesgo al terminar el periodo va a ser con el crimen organizado. Se les ha dado muy duro, no ha habido misericordia con ellos y quitarles US$12.000 millones les debe estar doliendo. Los narcos se vengan cuando uno ya no se puede vengar de ellos.
Sí aumentó el riesgo mío y obviamente me voy a cubrir bien de seguridad, pero yo nunca he sido de salir del país.
¿Y se va a volver a casar ahora que su mujer no se puede presentar a las elecciones?
No, no hemos hablado de eso. Sinceramente no ha estado en nuestras agendas. Tenemos una buena relación, con los hijos por supuesto, pero no está en la agenda.
¿Cuál ha sido el momento más duro de su mandato?
El lunes 11 de mayo de 2009, la infamia Rosenberg. Evidenció que todavía somos dos Guatemalas, los que más tienen y los que menos tienen. Me dolió ver a gente que me conocía acusándome de asesino públicamente y pidiendo mi renuncia. Eso podría haber acabado en un golpe de Estado muy al estilo guatemalteco.

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