Humberto Moreira y Vicente Chaires
Las acciones del banco franco-belga Dexia tuvieron su cotización suspendida en las bolsas de París, Bruselas y Frankfurt esta tarde a pedido de la autoridad bursátil belga. En el momento de la suspensión, cerca de las 16:00 horas (GMT), los títulos de la entidad sufrían una caída de 17.24 por ciento, hasta 0.85 euros (1.14 dólares). Dexia enfrenta graves problemas, principalmente de liquidez, debido a su grande exposición a los títulos de deuda griegos. El gobierno de Bélgica ha llevado a cabo desde el martes una serie de reuniones para tratar de encontrar una manera de ayudar a la entidad. “No solo hay una garantía hasta 100 mil euros (unos 134 mil dólares), sobre los depósitos de los clientes del banco, sino que nosotros somos garantes del conjunto de la actividad hasta el último céntimo”, aseguró el primer ministro interino, Yves Leterme. Según la prensa belga, la salida privilegiada por el gobierno sería la nacionalización del brazo de Dexia en el país, donde el banco es el primero en el mercado. En Francia, continúan las negociaciones para fusionar la rama local de Dexia con la Banque Postale y la Caja de Depósitos. Por su parte, el gobierno de Luxemburgo confirmó que un inversor extranjero está dispuesto a adquirir los negocios de Dexia en el país y señaló que las negociaciones pueden concluirse “hacia finales del mes”. El consejo de administración de Dexia tiene previsto reunirse en París el sábado próximo para pasar en revista la situación y posiblemente tomar alguna decisión. Dexia ya recibió en 2008 una inyección de seis mil 400 millones de euros (unos ocho mil 500 millones de dólares) de fondos públicos de Francia, Bélgica y Luxemburgo, y ahora se estima que necesitaría garantías estatales para unos 95 mil millones de activos problemáticos o tóxicos
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