domingo, 31 de julio de 2011

Humberto Moreira : Federico Döring El verano que nadie vino a salvarnos

por Federico Döring

 

El verano cinematográfico se ha marchado y azotó la puerta al salir. La afición del cine norteamericano, en especial la del cine de superhéroes, se quedó esperando la gran película adaptada de un cómic. Incluso esperando la gran cinta norteamericana de cualquier índole.

Super 8 de JJ Abrams es la esperanza de esta temporada y llegará, extemporáneamente, el próximo 5 de agosto. Digo extemporáneamente porque agosto ya no cuenta como la temporada de los grandes estrenos. Además, Super 8 no llegó a la cartelera de modo sincronizado en México y Estados Unidos, como los grandes estrenos. Aun y si JJ Abrams resulta el héroe del verano, Super 8no es una cinta anhelada en el mismo sentido queThor o X Men: Primera generación fueron anheladas por el abolengo de su material de origen. Valdría incluir en esta temporada de desaires aHarry Potter y las reliquias de la muerte. Su desenlace tuvo toda nuestra atención, no así nuestra incondicional satisfacción.

Después de ver Capitán América siento decirles que nadie vendrá a rescatarnos de este verano, uno de los peores en muchos años. No les diré que la película es mala, simplemente flota al mismo nivel del entretenimiento perecedero que hemos recibido en los últimos meses.

Capitán América: El primer vengador se centra en el origen del personaje, siguiendo a Steve Rogers (en los bíceps de Chris Evans) quien, luego de ser rechazado numerosas ocasiones por el Ejército a causa de su frágil salud, se enlista como voluntario para un programa experimental de la milicia que lo convierte en un súper soldado y el fetiche ideal para la propaganda bélica de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

En un comienzo, Rogers es tratado como un vocero, un personaje teatral al que no le permiten ensuciarse las manos en el campo de batalla, pero la amenaza de un enemigo que tiene un arma más poderosa que EU para ganar la guerra cambiará su rango de actor de musicales a un verdadero militar. Y así comienza la acción.

Elegir a Joe Johnston como director de El primer vengador, basándose en que en los 90 dirigió Rocketeer y olvidando que en los 00 dirigió El Hombre LoboHidalgo y Parque Jurásico 3 es una idea ampliamente discutible.

Cierto, Hollywood recluta cineastas subvalorados con películas desapercibidas para sus grandes proyectos. Como mínima condición, estos reclutas tienen un estilo reconocible, que nos inquieta y del que nos gustaría ver más. En tanto que Johnston ha hecho películas sin matices.

Todos los elementos que trabaja en Capitán América tienen una debilidad común. El enemigo nazi, su científico y brazo derecho, la estética del patriotismo gringo, el mineral con energía superpoderosa e invencible, son referencias que de inmediato podemos recordar de otras partes y con dificultad podemos sentir como creativamente aplicadas o revaloradas por Johnston. Más ejemplos: Hugo Weaving como villano nos remite a los personajes que inmortalizó con su rostro. El mismo Chris Evans no lo hace mal, si no fuera porque también él está bastante impregnado de sus otras vidas ya sea como superhéroe o personaje secundario de una historia del mismo estilo: Los Cuatro Fantásticos 1 y 2 , PushScott Pilgrim vs The World y hasta LasTortugas Ninja, en donde prestó su voz. ¿Qué estudio toma como primera opción a un actor que ya hizo superhéroes antes y qué actor toma un superhéroe más de una vez como movimiento de carrera?

Siempre cederé el veredicto de una cinta de superhéroes de historieta a la afición que les rinde culto, las estudia y las vive. Como una cinta entre las cintas del verano, fuera del gran contexto de Marvel y una franquicia que comienza desde cero al apagarse las luces de una sala de cine, Capitán América se queda en la media de la filmografía Marvel, siendo a la fecha El Hombre Araña su mayor huella cinematográfica.

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